Si contamos con un córner o una góndola central de dermocosmética, es muy interesante que tenga su propia iluminación. Por un lado, utilizaremos luz directa enfocada al producto y, por otro, ajustaremos la intensidad de la luz mediante focos que nos permitan conseguir un ambiente sin sombras. En la zona específica de prueba de productos de dermocosmética, contaremos con atenuadores que nos ayuden a controlar el brillo para disimular los defectos de la piel. 

Y es que, como sabes, cuando diseñamos el espacio comercial de una farmacia, buscamos que el cliente haga un recorrido comercial hasta llegar a los mostradores. Son el punto de encuentro del paciente con el farmacéutico, donde este acude buscando el mejor consejo. Por ello, es muy importante que los mostradores principales sean fácilmente localizables por el cliente y podemos conseguirlo mediante la iluminación de farmacia. Además, en los puntos de venta trabajaremos con iluminaciones cálidas que despierten en nuestros pacientes esa sensación de cercanía y confianza.  

Y en cuanto al exterior, la iluminación del escaparate va a depender de su tamaño, de su forma y también de la ubicación de la farmacia. Si contamos con luz directa del sol, por ejemplo, deberemos conseguir que nuestra iluminación siga destacando nuestros productos. Además, es conveniente poder regular la intensidad de la luz para adaptar nuestro escaparate a la noche y al día.